La Fundación Universitaria Iberoamericana presentó recientemente, a través de la Obra Cultural de FUNIBER y con el apoyo de la Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO), la exposición “Picasso. El entierro del Conde de Orgaz y La flauta doble”, en el Museo Jesús Otero de Santillana del Mar en Cantabria (España), que podrá visitarse en la sala de la villa hasta el próximo día 31 de julio.
La muestra reúne una treintena de grabados de Pablo Picasso, de los cuales dieciséis están datados en las décadas de los años 40 y 50 del siglo XX, y el resto pertenece a la última etapa vital del pintor malagueño.
Al acto de inauguración acudieron el alcalde de Santillana del Mar, Ángel Rodríguez Uzquiza; la concejala de Cultura y Turismo, Pilar Alcorta; el rector de la Universidad Europea del Atlántico, Rubén Calderón y el comisario de la exposición, el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, el doctor Federico Fernández.
La concejala Pilar Alcorta destacó la relevancia de esta muestra y expresó su satisfacción por acogerla en Santillana del Mar ya que “los visitantes podrán disfrutar de una de las obras más importantes con las que ha contado el municipio hasta el momento”. Por su parte, Ángel Rodríguez Uzquiza comentó que el Museo Jesús Otero “es el lugar perfecto para presentar esta gran exposición”. Asimismo, subrayó que “esto va a ser el inicio de una gran colaboración entre el Ayuntamiento de Santillana del Mar y la Universidad Europea del Atlántico”.
“La Flauta Doble” es una serie realizada entre 1932 y 1955, que se nutre de diferentes influencias, entre las que destacan las de Goya y Dalí. Una serie “más amable de dibujos y acuarelas hechas en grabado autorizado; un cuidado ejercicio de reproducción, selección, conocimiento artístico y gusto crítico”, tal y como señaló Fernández.
Por su parte, “El entierro del Conde de Orgaz” conforma una colección que Picasso publicó en 1969 con textos del poeta Rafael Alberti. La muestra plasma una experiencia surrealista del Conde de Orgaz donde el erotismo y la pornografía adquieren protagonismo. Se trata de una serie de grabados “deliberadamente surrealistas” que confirman el conocimiento que Picasso tenía de las técnicas empleadas por el grupo de André Breton. “Es la única obra explícitamente surrealista de Picasso y corresponde a la etapa de sus últimos años de vida”. Para Federico Fernández, “esta serie de grabados anuncia estilística y temáticamente la deriva desmitificadora, libertina y casi pornográfica de la célebre y monumental serie 347”.